Puedo decir sin miedo a equivocarme que esta es la crítica más difícil a la que me enfrento desde que escribo en este santo blog. Hace ya unas semanas hablé sobre 'Magical Girl', una de las mejores películas españolas que he visto en los últimos años. Gracias a ella empecé a interesarme por Carlos Vermut, un director que había demostrado tener un talento y una elegancia sobresaliente a la hora de contar historias delicadas y plagadas de conflictos morales. Mi siguiente paso ha sido ver su ópera prima, 'Diamond Flash', rodada con muy pocos medios y que tiene la particularidad de haber sido estrenada directamente en Internet. Las opiniones que había leído eran, en general, bastante buenas. El argumento me llamaba la atención y, además, parecía que ese tono perturbador y macabro que tanto me gustó en 'Magical Girl' también quedaba patente en su primer largometraje. Nada podía salir mal. 'Diamond Flash' reunía todos los ingredientes para atraparme de la misma manera que lo hizo 'Magical Girl'. Pues bien, pasadas las poco más de dos horas de película, nada más aparecer los títulos de crédito, lo primero que he hecho ha sido cagarme en la nación de Carlos Vermut. A continuación explico por qué.
Efectivamente, existen muchos paralelismos entre 'Diamond Flash' y 'Magical Girl', de modo que es inevitable entrar en comparaciones. Ambas están compuestas de una serie de historias entrelazadas entre sí y protagonizadas por personajes que aparentemente no tienen ninguna relación entre sí hasta que nos damos cuenta de que no es así. Ambas cuentan con protagonistas atormentados, con un pasado oscuro y un perfil psicológico muy entramado. Ambas son películas complejas, difíciles de digerir y en buena medida abiertas a la interpretación del espectador. El juego que propone Vermut en ambos films es casi idéntico: nos deja sobre la mesa algunas piezas de un puzzle para que nosotros tratemos de unirlas, mientras que otras directamente se las guarda para que lo completemos en nuestra imaginación. Si tanto me gustó 'Magical Girl', ¿cuál es el problema, entonces? Que si en 'Magical Girl' más o menos fui capaz de completar ese puzzle, si no en un 100% quizá sí en un 90%, en 'Diamond Flash' apenas habré llegado al 50%. Y no será porque no haya puesto de mi parte. El cine de Vermut ya no es algo nuevo para mí y sabía en cierta medida a lo que me enfrentaba. Por ello, he puesto los cinco sentidos en la pantalla para no perder el más mínimo detalle, pero ni con esas. Entonces, como comprenderéis, me resulta harto difícil valorar una película de la que apenas he comprendido la mitad de la historia.
Dicho esto, sería injusto por mi parte pasar por alto algunas de sus incuestionables virtudes. El reparto, pese a contar en su mayoría con rostros desconocidos para el gran público, está a un nivel muy alto. He disfrutado cada diálogo, cada escena y cada historia por separado. En ese sentido, Vermut es un maestro creando una atmósfera seca y una tensión contenida que se mantiene durante todo el film. Eso hace que me haya atrapado y absorbido de tal manera que sus dos horas de metraje se me hayan pasado en un suspiro. Desde esa perspectiva, no puedo decir que el visionado de la cinta haya sido una pérdida de tiempo. Ahora bien, es a la hora de encontrar una conexión y una coherencia entre las diferentes historias y personajes cuando nace en mí ese sentimiento tan ingrato que es la frustración. No me importa que las películas dejen algunos cabos sueltos, de hecho, es algo que me suele gustar, pero no cuando dichos cabos sueltos forman parte de aspectos que considero fundamentales en el desarrollo de la historia, como me ha sucedido en este caso, porque me impiden valorarla de la manera en que me gustaría. Y eso frustra.
En los últimos meses me he tragado películas muy raras. Algunas me han parecido insufribles, como 'Miss Violence', y otras brillantes, como 'Under the Skin'. Pero lo de 'Diamond Flash' no sabría muy bien cómo calificarlo. No la odio, pero tampoco la adoro. Me ha hecho pasar dos horas pegado a la pantalla y la mar de entretenido, que siempre es de agradecer, pero la sensación final ha sido: "Venga, Carlos, no me dejes así". Quizá el problema haya sido mío por haberme cogido en un día espeso. O tal vez con un segundo visionado las cosas se vean con mayor claridad, quién sabe. En cualquier caso, ahora mismo no me encuentro con fuerzas para repetir. Vermut, tienes toques de amo absoluto, pero no me hagas más esto. Menudo rallote me has dejado en la cabeza.
Mi reacción tras ver 'Diamond Flash':
0 comentarios:
Publicar un comentario