Debo comenzar diciendo que Dani Rovira no es precisamente uno de mis actores o cómicos favoritos. Ahora bien, al César lo que es del César. El malagueño ha caído en gracia, se ha hecho con una legión de fans y ha conseguido que su sola presencia sea capaz de arrastrar a la gente en masa a las salas, y esa, sin duda, es una buena noticia para nuestro cine. Después del descomunal éxito de su debut en 'Ocho apellidos vascos', el actor tenía la difícil papeleta de mantener el tirón que había logrado entre el público. A la vista de los datos de taquilla de su nuevo trabajo, Ahora o nunca, podemos decir que Rovira ya se ha consolidado como un reclamo comercial. Dicho esto, lo único digno de celebración es su recaudación, porque la película en sí no es para tirar cohetes.
La nueva cinta de María Ripoll no termina de funcionar por muchas razones, pero la más evidente es la ausencia total de inspiración a la hora de construir gags divertidos y sorprendentes. A excepción de tres o cuatro momentos que han conseguido que suelte alguna carcajada, la mayoría de chistes son muy simplones y, en algunos casos, forzados. El tema nupcial, además, ya está demasiado trillado y hace falta algo más que recurrir a los tópicos de siempre para ganarse al espectador. Con Ahora o nunca me ha pasado lo mismo que me ocurre con la gran mayoría de comedias españolas: Que abandono la sala con la sensación de haber visto un episodio (un poco más largo) de cualquier serie de humor nacional. La fórmula es casi idéntica, con una historia llena de enredos, malentendidos y situaciones alocadas. Que oye, para echar la tarde no está mal, pero tampoco aporta mucho más de lo que puede ofrecer cualquier sitcom televisiva.
En cuanto al reparto, curiosamente pienso que los actores secundarios están más acertados que la pareja protagonista. No es que Dani Rovira y María Valverde no lo hagan bien, pero no protagonizan ninguna escena memorable que se recuerde al salir del cine. En cambio, sí quedan en la memoria secuencias a cargo de Jordi Sánchez, Joaquín Núñez, Yolanda Ramos y compañía, que protagonizan los momentos más divertidos de la película.
En definitiva, puede que Ahora o nunca contente a los fans más acérrimos de Dani Rovira y a quienes busquen pasar un rato entretenido sin mayores pretensiones. Ahora bien, quienes busquen una comedia fresca, diferente, con un humor ingenioso y elaborado, que sigan buscando porque, desde luego, no lo van a encontrar en esta película.
Mi reacción tras ver Ahora o nunca:
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