Reconozco que todavía no he visto la trilogía original de Mad Max (es una de mis asignaturas pendientes), pero el hype que se había creado en torno a esta cuarta parte no era ni medio normal. Ya los primeros tráilers nos dejaron a todos boquiabiertos y auguraban una burrada gloriosa. Sangre, mamporros, explosiones, todoterrenos a toda pastilla, miembros mecánicos y testosterona. Mad Max: Furia en la carretera prometía resucitar el espíritu del cine de sangre, sudor y cerveza, cada vez menos habitual en nuestras pantallas. Y vaya si lo ha conseguido. George Miller regresa a la saga que él mismo creó casi treinta años después de su última entrega, y lo hace metiéndole una patada en los cojones a todas las películas de acción actuales.
Seamos honestos: el argumento no deja de ser un western post-apocalíptico más simple que un capítulo de Los Fruitis. Casi se podría resumir en una continua e intensa persecución por el desierto. Ni siquiera los diálogos, utilizados en su justa medida, tienen mayor relevancia. Pero oye, qué dos horas más divertidas. Mad Max: Furia en la carretera es un popurrí de fantasmadas, salvajadas y situaciones disparatadas. Miller sabe perfectamente el público al que va dirigida su película y lo que este quiere. Cuando crees que ya has visto la mayor ida de olla posible, te encuentras con una persecución en mitad de una tormenta de arena con tornados, truenos y la puta ira de Dios cayendo sobre los protagonistas. Todo ello rodado, eso sí, con una clase magistral, nada que ver con los muevecámaras epilépticos tan de moda en estos tiempos. Otra de las grandes bazas de la película es su banda sonora a cargo de Junkie XL, un subidón que añade, si cabe, más espectacularidad a las secuencias de acción.
En cuanto al reparto, no puedo entrar en comparaciones, así que no sé si es mejor o peor que el de la trilogía clásica, pero los personajes, aun siendo en su mayoría bastante planos, desprenden un carisma aplastante. A Tom Hardy creo que ya le podemos otorgar oficialmente el título de actor TOP. En los últimos años se está saliendo en todos los registros, y esta vez demuestra sus dotes como héroe de acción. No debe de ser fácil suplir a todo un Mel Gibson, pero el británico hace suyo el personaje y le da entidad propia. Sin embargo, si hay un nombre que brilla con luz propia ese es el de Charlize Theron. Ya lleva años demostrando que es una de las mejores actrices de su generación, y en este caso, consigue incluso eclipsar al protagonista de la cinta. Su personaje, Imperator Furiosa, es el verdadero alma de la película. El único pero que le pongo es que algunos personajes secundarios podrían haber dado más de sí y han sido, en cierto modo, desaprovechados.
Estudios recientes demuestran que los pelos de los huevos te crecen cuando ves Mad Max: Furia en la carretera. Y no me extraña. Tendría que retroceder mucho en el tiempo para encontrar una cinta tan brutal, en el sentido más puro de la palabra. Resulta increíble que un tipo de 70 años haya sido capaz de rodar una película tan frenética y con un ritmo tan endiablado. El famoso dicho de "los viejos rockeros nunca mueren" cobra más fuerza que nunca, porque posiblemente estemos ante la mejor cinta de acción de los últimos años.
Mi reacción tras ver Mad Max: Furia en la carretera:
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