Sin revolucionar el género, la primera Insidious fue una agradable sorpresa dentro del "cine de sustos". Y digo de sustos porque a este tipo de cine no lo considero de terror. Lo llamo "de sustos" porque su fórmula consiste en sobresaltar al espectador mediante repentinos aumentos de volumen. Para que dicha fórmula tenga efecto y no resulte repetitiva, tiene que haber un tipo muy bueno detrás de las cámaras, y James Wan lo era. Su secuela, sin estar al mismo nivel, también dejó unos cuantos momentos destacables. Ahora llega el capítulo 3 de la saga, que bien podría ser el capítulo 0 porque, cronológicamente, la película se sitúa antes de la primera entrega. Nos encontramos ante una familia nueva y un ente maligno nuevo, pero también hay tiempo para reencontrarse con viejos conocidos que sirven de conectores con la cinta original, y hasta aquí puedo leer.
El filme no inventa nada nuevo, como tampoco lo hicieron las dos entregas anteriores. De hecho, la fórmula empleada es idéntica y aquella que toda película de sustos que se precie acostumbra a seguir. Si funciona o no, ya es cuestión de gustos. Para mí, hay escenas en las que sí, y otras en las que se roza la vergüenza ajena. En cualquier caso, se nota que ya no está James Wan en la dirección, porque su elegancia a la hora de rodar y su magistral colocación de la cámara daban mucho juego. A pesar de ello, no se puede tachar a Insidious: Capítulo 3 de engañosa, pues da lo que promete, ni más ni menos. Si se me permite el símil, yo siempre comparo este tipo de películas con una montaña rusa: tiene sus tres o cuatro momentos de adrenalina y se acabó. Es una adrenalina disfrutable, pero tan momentánea y pasajera que en cuanto sales de la sala ya no te acuerdas de nada. Sabiendo esto, quien disfrute con este tipo de cine y acepte las reglas del juego que propone la cinta, pasará un buen (o mal) rato, depende cómo se mire.
En definitiva, la tercera entrega de Insidious satisfará a los más fanáticos de la saga, pero empieza a mostrar claros síntomas de desgaste para el resto del público. Personalmente, soy más partidario de otro tipo de terror más psicológico y sugestivo, pero se puede decir que es una película "de sustos" decente. Ahora bien, como película de terror, en el sentido más puro de la palabra, está lejos de ser buena. Si queréis terror auténtico, echadle un vistazo a Martyrs, sin duda, una de las experiencias más desagradables e incómodas a la que os podéis enfrentar.
Mi reacción tras ver Insidious: Capítulo 3:
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