Crítica de 'Siempre Alice': Siempre Julianne Moore

Alice Howland (Julianne Moore) es una mujer que acaba de cumplir cincuenta años y que disfruta de una vida aparentemente plena. Está felizmente casada, tiene tres hijos que la adoran y trabaja como profesora de Lingüística en la Universidad de Columbia, donde goza de un gran prestigio. Sin embargo, su vida se ve sacudida cuando se le diagnostica una fase precoz de la enfermedad de Alzheimer. Ante este varapalo, Alice tendrá que asumir su nueva realidad y hacer frente a la pérdida progresiva de todos los conocimientos y capacidades que ha adquirido a lo largo de su vida. Este es el punto de partida de 'Siempre Alice', un drama sobre los efectos de una de las enfermedades más devastadoras que puede sufrir una persona, pero sobre todo, una lección sobre cómo afrontar este mal en particular y los golpes de la vida en general.

La cinta, por su planteamiento y su desarrollo, camina sobre la delgada línea que separa un telefilme de una película propiamente dicha, pero consigue salir airosa gracias, principalmente, a una descomunal actuación de su protagonista y a un par de escenas tremendamente desgarradoras. Y es que, a pesar de que su mensaje principal sea en cierto modo optimista, 'Siempre Alice' es una película muy dura. Pero dura de verdad, de estas que te dejan como Napoleón Bonaparte después de la Batalla de Waterloo. De hecho, no me atrevería a recomendarla a la gente que haya vivido de cerca esta enfermedad por la fidelidad y el realismo con que esta es plasmada en pantalla (eso sí, sin caer en el morbo y en lo innecesariamente explícito, cosa que es de agradecer).

Resulta imposible hablar de 'Siempre Alice' sin hablar de Julianne Moore ('Las horas') porque ella es la película y, salvo sorpresa mayúscula, el próximo 22 de febrero la veremos recoger el Oscar a la mejor actriz, premio que lleva mereciendo desde hace tiempo. Solo por su impecable actuación está justificado el visionado de la cinta, ya que está tan soberbia que cuesta imaginar a otra actriz en su lugar. El resto del reparto, aunque eclipsado por Moore, también hace un trabajo bastante convincente, destacando a Alec Baldwin ('Beetlejuice'), aunque me costará olvidar su reciente aparición en la última entrega de 'Torrente', e incluso a Kristen Stewart ('Crepúsculo'), que va a resultar tener unas mínimas dotes interpretativas después de todo.

'Siempre Alice' es una película modesta y sincera que quizá no llegue al sobresaliente en ningún apartado más allá del interpretativo, pero que aprueba sobradamente en todo lo demás. Cuenta lo que tiene que contar de manera correcta, no le sobra ni le falta un solo minuto y cumple su objetivo de conmover y tocar la fibra sensible del espectador sin trampa ni cartón. Es posible que de la película poca gente se acuerde pasados unos años, pero desde luego, el papelón de Julianne Moore será difícil de olvidar.

Mi reacción tras ver 'Siempre Alice':