El universo cinematográfico de Marvel está a punto de concluir su llamada "fase 2" (lo hará oficialmente con el estreno de 'Ant-Man'), y cada vez me resulta más complicado valorar sus películas de manera independiente y no como parte de un conglomerado que no deja de expandirse. En ese sentido, Joss Whedon hizo un trabajo muy meritorio en 'Los vengadores' al conseguir que una película que reunía a tantos personajes y con personalidades tan dispares tuviera personalidad propia, valga la redundancia. Esto fue posible, entre otras cosas, introduciendo unas dosis adecuadas de humor y otorgando un protagonismo más o menos equitativo a todos los protagonistas, de manera que cada uno de ellos tuviera sus momentos de lucimiento. En 'Vengadores: La era de Ultrón', la cosa se complica debido a la incorporación de nuevos personajes y, aunque estoy seguro de que Whedon habrá hecho cuanto haya estado en su mano para administrar de la mejor forma posible la abusiva cantidad de elementos con que contaba, el resultado no ha sido tan redondo como lo fuera en su predecesora.
Eso no quita que esta secuela sea, faltaría más, un espectáculo de primera categoría, como queda patente en el apoteósico plano secuencia con el que arranca el filme o en el intercambio de toñas que mantienen Hulk y el Hulkbuster de Iron Man (esta última, para mí, la escena cumbre de la cinta). Sin embargo, he salido de la sala con una pequeña sensación de fatiga por la enorme cantidad de cosas que me han querido contar en tan poco tiempo. Y eso que la película no es corta precisamente, pero se dice que la primera versión de la misma duraba tres horas y media y tuvieron que meter tijeretazos para dejarla en los 140 minutos definitivos; eso explicaría ese transcurso un tanto caótico y precipitado de algunos acontecimientos, y ojalá tengamos la oportunidad de disfrutar algún día de esa versión inicial en forma de versión extendida o de Director's Cut. La parte positiva de esta compresión es que resulta imposible aburrirse y no se hace para nada larga, ya que en todo momento están sucediendo cosas que ayudan a mantener nuestra atención. La negativa, que me he quedado un poco a medias.
Son tantos los personajes en esta ocasión, que Whedon se ha visto obligado a ser más selectivo a la hora de repartir los minutos: unos han ganado importancia y otros la han perdido. Los casos más llamativos son los de Ojo de Halcón y Viuda Negra, que adquieren un protagonismo inédito hasta ahora, cosa que me parece acertada al ser dos personajes que no cuentan, de momento, con película propia. Lo malo es que la aparición de otros personajes que podían haber aportado mucho más se ha quedado en anecdótica. Esto ocurre especialmente con los nuevos rostros: Qucksilver, Bruja Escarlata y Visión, con los que apenas se llega a empatizar. También esperaba algo más del malo de turno, Ultrón. Esperaba, por fin, un villano imponente que pusiera contra las cuerdas al equipo de Nick Furia, pero nada más lejos de la realidad. Al final resulta ser otro Loki, pero sin la gracia y el carisma de este.
A pesar de los pesares, 'Vengadores: La era de Ultrón' es una película palomitera muy entretenida y disfrutable, que al fin y al cabo es de lo que se trata. Ya no está ese factor novedad de la primera entrega, pero quienes disfrutaran con aquella harán lo propio, en mayor o menor medida, con esta. Lo que está claro, y se nota un huevo, es que esta secuela no tiene otra función que dejar el terreno preparado para lo que viene. Es la antesala del pepinazo que promete ser 'Infinity War', que llegará en 2018 y 2019, dividida en dos partes y con los hermanos Russo en sustitución de Josh Wedon. Dos decisiones que apoyo, dicho sea de paso: la primera porque el desgaste de Whedon es evidente, y la segunda porque los Russo se la sacaron pero bien con 'Capitán América: El soldado de invierno'.
Mi reacción tras ver 'Vengadores: La era de Ultrón':
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