Seth MacFarlane, creador de las geniales 'Padre de familia' y 'American Dad', dio el salto al cine hace dos años con 'Ted', un exitazo de taquilla y crítica que marcó el inicio de una prometedora carrera cinematográfica, además de televisiva. Sin embargo, no todos los días es fiesta y su nuevo trabajo, 'Mil maneras de morder el polvo', ha obtenido un resultado muy diferente: la crítica le ha dado bastante cera y el público, en su mayoría, no ha quedado del todo satisfecho. Pese a esta desilusionante acogida, he querido darle una oportunidad porque me lo pasé realmente bien con su osito de peluche cabrón, y una vez vista puedo decir que, aunque no sea su trabajo más inspirado, tampoco es tan mala.
El argumento no es nada del otro mundo: MacFarlane interpreta a un humilde granjero que, después de huir en un duelo de pistolas, es abandonado por su novia (Amanda Seyfried). Entonces aparece una misteriosa y bella pistolera (Charlize Theron) que le ayudará a aprender a disparar y a eliminar todos sus miedos. Todo perfecto, si no fuera porque el marido de esta mujer es uno de los forajidos más peligrosos del oeste (Liam Neeson). La historia, por tanto, se convierte en una mera excusa para que MacFarlane dé rienda suelta a su mala leche y a su humor tan particular.
Todo el mundo debería saberlo a estas alturas, pero por si acaso, conviene recordar que cuando uno va a ver una película de Seth MacFarlane, tiene que ser consciente de que va a encontrarse con un popurrí de chistes escatológicos, sexuales y de mal gusto. Como se suele decir, en sentido despectivo, un humor de cuarto de baño. Por tanto, antes de nada, tenemos que preguntarnos si nos gusta ese tipo de humor o no, porque será un factor decisivo a la hora de disfrutar o no de la cinta. Por mi parte, aunque también me encanta el humor más inteligente y refinado, no me avergüenza reconocer que me parto la ñocla con los chistes de pedos, mierdas, mamadas y demás. Puedo decir, pues, que me he reído bastante a lo largo de la película, aunque también es cierto que por momentos el director abusa de determinadas bromas que, a la larga, acaban perdiendo la gracia. Se puede decir que la cinta es una sucesión de gags y chistes fáciles, unos más acertados que otros.
Por otra parte, MacFarlane es un crack en muchas cosas, pero actuar no es lo que mejor se le da. Es su primer papel protagonista y eso se nota, pero desde luego es detrás de las cámaras donde este hombre saca a relucir todo su talento y potencial. El resto del reparto está bastante correcto y se nota que todos se lo han pasado en grande durante el rodaje. Pero si hay dos nombres que destacan por encima del resto esos son Charlize Theron y Liam Neeson. La primera, aparte de por motivos evidentes, porque es una pedazo de actriz que se adapta a cualquier tipo de papel y en este caso demuestra tener dotes para la comedia, una faceta que no había desarrollado demasiado hasta ahora. Y el segundo, porque es el puto amo, sin más. Y porque si le llevas la contraria, te mete un meco que te revienta. Por último, también cabe destacar los diferentes cameos que aparecen a lo largo del film y que ya los quisiera Santiago Segura para su saga.
En resumen, 'Mil maneras de morder el polvo' es una divertida comedia que, sin ser ninguna maravilla, hará pasar un buen rato a los amantes del humor más vulgar y soez. Le sobra media hora perfectamente (dos horas para una comedia me parece excesivo), pero en líneas generales entretiene y no aburre. En cualquier caso, recomiendo más su visionado en casa que en el cine, porque siendo realistas, no es una película por la que merezca la pena pagar una entrada.
Mi reacción tras ver 'Mil maneras de morder el polvo':
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