Clint Eastwood es uno de los últimos cineastas clásicos que sigue en activo. Una leyenda viva incansable que a sus 84 años ha estrenado la película más taquillera de toda su carrera como actor y director. 'El francotirador' está basada en la autobiografía de Chris Kyle, quien ostenta el dudoso honor de ser el francotirador más letal de la historia de Estados Unidos con 160 muertes confirmadas durante la guerra de Irak (2003-2011), aunque la cifra podría ascender hasta 255. Eso explica el éxito comercial de la cinta en un país que adora las armas, pero esa es otra historia.
Aunque no ha mostrado su máximo nivel de inspiración en sus últimos trabajos, mis expectativas ante cualquier película se disparan automáticamente si el señor Eastwood está involucrado en ella. Por eso me duele hablar de decepción, pero mentiría si dijera lo contrario. 'El francotirador' no es un film desdeñable; es más, supone una mejoría respecto a la esperpéntica 'Jersey Boys', pero se queda a años luz de las cotas de calidad alcanzadas en 'Mystic River', 'Million Dollar Baby' o 'Gran Torino', por no retroceder más en el tiempo. Está claro que al californiano no se le ha olvidado rodar con clase, como es habitual en él, pero en esta ocasión no ha logrado despertar en mí esa catarata de emociones que esperaba sentir. Consigue mantener moderadamente mi atención, pero el resultado final no me apasiona. Hasta aquí mi parte benévola de la crítica.
Mi problema con la película, y ahora voy a empezar a repartir palos de verdad, es que mi esquema mental no comulga con el trasfondo de la historia. Me irrita ese culto ciego al patriotismo a partir del cual los americanos son presentados como las víctimas del mal y los iraquíes como "salvajes", así como también me irrita su engañosa visión de la guerra de Irak, una invasión de difícil justificación cuyo objetivo no era otro que hacerse con el control del petróleo local. En ese sentido, me parecen más respetables otras cintas como 'En tierra hostil' o 'La noche más oscura', donde al menos hay cierta autocrítica. Lo mejor de 'El francotirador', con diferencia, es un Bradley Cooper que se encuentra en el mejor momento de su carrera, con tres nominaciones consecutivas al Oscar. El actor transmite con un admirable realismo las secuelas emocionales que sufre un padre de familia cuyo trabajo consiste en asesinar indiscriminadamente civiles iraquíes, aunque, como ya he dicho, mi conexión con el punto de partida del film es nula. Como curiosidad, añadir que Cooper tuvo que engordar 20 kilos para lucir la musculatura idónea para el papel.
En definitiva, 'El francotirador' me parece una película mediana en la filmografía de Clint Eastwood que ha conseguido hacerse un hueco en los Oscar a base de agitar la bandera estadounidense. Es un film entretenido e intenso en determinados momentos, pero banal y monótono en otros. Espero que el veterano director se encuentre con fuerzas para dirigir alguna obra más antes de irse, porque un artista tan excepcional como él se merece una mejor carta de despedida.
Mi reacción tras ver 'El francotirador':
Nunca me han llamado mucho las películas de guerra, El francotirador no es la excepción. Quizás algún día la veo... quizás. Buena crítica, un saludo ;)
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