Para aquellos que nos hemos criado con el cine de acción de los 70 y 80, poder disfrutar de todos sus protagonistas en una misma película era un sueño húmedo que nos había acompañado toda nuestra vida. En 2010, Sylvester Stallone consiguió convencer a muchas de estas viejas glorias de Hollywood y reunirlas en 'Los mercenarios', la cual tenía potencial para convertirse en la película de sangre, sudor y cerveza definitiva. Sin embargo, algo fallaba y aquello no salió del todo bien, le faltaba algo. Dos años más tarde, Stallone y compañía volvieron a la carga, esta vez junto a algunos rostros más que se echaron en falta en la primera entrega, pero de nuevo el resultado fue el mismo. Por alguna razón, el reparto era mejor que la propia película. Tras otros dos años de descanso, los mercenarios han vuelto (viendo su pobre taquilla en EE.UU., puede que por última vez), de nuevo acompañados de importantes caras nuevas. Tenía la esperanza de que esta vez pudiera ser diferente, de encontrarme por fin ante una cinta de acción a la altura de su enorme reparto, pero no. De hecho, posiblemente sea la más floja de las tres.
¿Qué falla en esta tercera entrega? Pues para empezar, lo mismo que en mi opinión ha fallado durante toda la saga: sobran armas y faltan hostias. He crecido viendo a estos tipos dar hostias como panes y eso es lo que esperaba ver cuando se anunció este proyecto. Fue y sigue siendo una gozada ver a muchos de mis héroes de la infancia interactuar juntos, pero el goce podría haber sido mayor si hubieran sustituido las metralletas por aquellos guantazos con la mano abierta que soltaba Bud Spencer y que sonaban a gloria (se le echa de menos en esta saga, por cierto, aunque supongo que con 84 años no está para estos trotes). Entiendo que los tiempos cambian y que el público joven pide otras cosas, pero si haces una película claramente dirigida a los más nostálgicos, hazla bien y dales lo que estos quieren. Y lo peor es que 'Los mercenarios 3', lejos de solucionar este error, añade otro todavía más grave, que es otorgarle un protagonismo excesivo a las supuestas jóvenes promesas del cine de acción. No, Sly, no hemos pagado para ver a cuatro chavalines hacer acrobacias imposibles y pegar cuatro disparos, hemos pagado para verte a ti y a tu panda de acabados repartir galletas como si no hubiera mañana.
De las nuevas incorporaciones, solo destaco a un Wesley Snipes un tanto desaprovechado pero que en los pocos momentos de protagonismo que tiene lo hace bastante bien (sobre todo en la escena inicial), y a un Mel Gibson que lo clava como villano badass e imponente. Harrison Ford pasa por ahí sin pena ni gloria y el personaje de Antonio Banderas, al menos a mí, se me ha hecho un poco cargante, aunque el hombre lo intenta y en alguna ocasión consigue sacar una sonrisilla con sus comentarios estúpidos. El protagonismo vuelve a recaer principalmente en Stallone, mientras que el resto del reparto sigue más o menos en su línea.
'Los mercenarios 3', si nos olvidamos de su reparto de lujo, no deja de ser una película de acción del montón, como lo fueron las dos anteriores. No aporta nada nuevo al género, pero tampoco nos devuelve lo que este tuvo en el pasado, por lo que es una saga que se queda a mitad de camino, en tierra de nadie. Recomendable solo para los más fanáticos de la saga, para el resto, hay otras alternativas mucho más interesantes ahora mismo en la cartelera.
Mi reacción tras ver 'Los mercenarios 3':
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